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Foto del escritorManuel Alejandro

El Camino del Loco (Parte 1)



Las primeras referencias sobre el camino del Loco podemos encontrarlas en la obra de Mark Hedsel del mismo nombre. Éste es el camino donde no hay camino, la enseñanza donde no hay maestro. Es el propio esoterista quien tiene que, utilizando su intuición, aprovechar cada oportunidad que tenga durante su transitar para analizar cada evento, cada potencial símbolo, cada enseñanza, y de ahí, él construir su propia escalera hacia el esoterismo. Cada peldaño de dicha escalera podrá provenir de una diferente vivencia, maestro o sendero. El loco podrá involucrarse con diversas guías y escuelas iniciáticas, sin embargo se rehusará cuando alguien le exija votos de exclusividad.


A diferencia de una escuela iniciática tradicional, donde se supone que existe una Tradición que se ha transmitido de manera fiel e ininterrumpida, de generación en generación. de maestro a alumno. El loco en su sendero no ha contado con dicha suerte, la divina providencia parece no haberle sonreído, y sin embargo lo anhela más que nada. Es así que, impulsado por un gran amor y tremenda voluntad, él mismo intenta reconstruir la cadena iniciática. Sabe que habrá peligros que tendrá que sortear, que habrá errores y rectificaciones, y sin embargo, se arroja al abismo confiando en su propia luz interior.


Éste se encuentra fielmente reflejado en la carta del loco del tarot. El loco simboliza la inocencia, la espontaneidad, la libertad y el deseo de explorar lo desconocido, sin miedo a los riesgos y a las consecuencias. El camino del loco se refiere al comienzo de un viaje interior y exterior. Tiene una aspiración espiritual, pero sabe que debe de aprender a vivir en la materia, con lo oscuro que aquello pueda ser, y ahí encontrar los materiales que le permitan construir la barca para escapar de "la isla". Es así que el loco estará siempre atento a sus experiencias de vigilia, incluso las más aparentemente insignificantes, y tendrá que llevarlas a un significado interior, encontrando dobles y hasta triples sentidos de una profundidad interior y espiritual. El loco busca el saber iniciático mirando el amanecer, al tomar una tasa de café, al caminar por una vereda. Todo a su alrededor esconde un misterio por descubrir.





A lo largo del camino del loco, el individuo puede enfrentarse a desafíos, obstáculos y revelaciones que le ayudarán a aprender lecciones importantes, a desarrollar sabiduría y a evolucionar como persona. Es un viaje de descubrimiento de uno mismo y de conexión con el universo. El loco es en cierto modo, un ermitaño, sabe que en su transitar está solo, que sus experiencias no puede compartirlas, a riesgo de ser visto justo como un loco, y se vuelve por tanto un sendero secreto y enteramente personal. Debe aprender a vivir en un mundo con el cual no se identifica, manejando una máscara que le permita interactuar con el mundo exterior, y luchando a su vez para que dicha máscara nunca llegue a absorberlo a él.


El loco no puede someterse a los intereses banales del mundo pero tampoco puede someterse a un Dios. El loco es el camino del Ego en desarrollo. Es fundirse con los planos espirituales, y sin embargo, nunca perder la individualidad. El loco deja su huella en el mundo. Sabe que la eternidad se obtiene mediante el amor y que el amor es fecundar, es ser como un río de abundancia que siempre brota, es dejar progenie. Sus hijos, su inmortalidad, son las ideas que éste pueda legar. Esperando que como semillas regadas, algunas puedan encontrar tierra fértil y ser recogidas y aprovechadas por otros locos. Entre locos siguen sus huellas, un ejemplo de ello fueron los innumerables escritos de alquimia. Un total sin sentido para el profano, y sin embargo, un valioso tesoro para aquellos que intuían y que sabían leer el lenguaje de los pájaros.

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