"Alegoría de la locura", Quentin Metsys
En su obra, El Camino del Loco, Mark Hedsel aclara varios de los elementos de este arquetipo. En el cuadro "Alegoría de la locura" de Quentin Metsys, contemporáneo de Paracelso, podemos observar a un hombre de grotesca nariz alargada asemejando a un pico. De su gorro brotan tanto la cabeza de un gallo como unas orejas de burro. De su entrecejo destaca una protuberancia. En él se recarga un bastón del cual emerge una figura pequeña de otro tonto con el trasero desnudo. El loco se coloca el dedo índice en los labios en gesto de silencio. A su izquierda la frase, "mondeken toe" (mantén tu boca cerrada), irónicamente de su cinturón rojo cuelgan cascabeles que probablemente resuenan con cada uno de sus pasos.
Bajo un lente esotérico bien podemos decir que este loco cuenta con el tercer ojo desarrollado, siendo capaz de percibir otros niveles de realidad. Las orejas de burro pueden hacerlo ver como un tonto, y sin embargo, estas probablemente le permitan escuchar lo que otros no escuchan. La figura del burro tiene un simbolismo importante en el esoterismo ya que representa al cuerpo físico. Pero este no es cualquier cuerpo sino uno que ya ha sido sutilizado y que es capaz de conducir al Ego de regreso al reino espiritual. Esto lo vemos con alegorías como el burro con el que Jesús ingresa de manera triunfal a Jerusalén, el burro con el que Moisés regresa a Egipto, el burro de la Fiesta de los Locos, o bien, el burro de la obra clásica "El Asno de Oro", en la cual, tras una serie de peripecias, éste se encomienda a Isis y logra así deshacer el hechizo de la bruja Meroe, recuperando su forma humana.
El loco comunmente se topa con dos situaciones, el decidir entre hablar o no hablar. El permanecer callado sobre sus experiencias provoca en él un aislamiento de la sociedad que le rodea, el cual, tampoco es fácil de sobrellevar. Aquellos locos que hablan y que hacen sonar sus cascabeles son usualmente aquellos músicos, pintores y poetas adelantados a su tiempo, que pueden pasar su vida incomprendidos, y que, sin embargo, sus mensajes resuenan en las siguientes generaciones. Cuando en el aire viene un cambio espiritual, son ellos los que perciben las primeras oleadas de ideas, usualmente en forma de sueños, y tienen la tremenda labor de asimilarlas y hacerlas entendibles para los demás. Rescatando un poco de la poesía del Monje de Orlac tenemos el siguiente fragmento: "En toda su vida no cantó sino algunas palabras absurdas que nadie entiende", con aquella frase hacia alusión a un trovador "loco", Arnaut Daniel, quien decía que había cazado liebres con su buey, el cual corría más rápido, y que podía nadar contra la marea. Este poeta loco había averiguado uno o dos secretos de los magos, y sus habilidades las encubría con textos velados mediante el lenguaje de los pájaros.
La figura diminuta, que brota del bastón puede estar tanto asociado al homúnculo, que según la tradición hermética y algunas corrientes del hinduismo, vive dentro de la pupila del iniciado y que es del tamaño de un pulgar. Por otra parte podemos asociarlo al cuerpo de luz, tan abordado en la alquimia y otras corrientes esotéricas. Éste es aquél que el esoterista tiene que ir gradualmente desarrollando para mediante él elevarse por arriba de lo terrenal y alcanzar así las realidades más sutiles. Al enseñar el homúnculo sus partes íntimas vemos como el cuerpo de luz se muestra tal cual es. En diferentes representaciones el loco aparece con las faldas levantadas, mostrando sin pena aquello que el profano no debe de ver, y que no soportaría ver, los secretos de Isis.
El bastón de donde el homúnculo brota es una figura recurrente en las diferentes representaciones de tarot del loco. Dicho bastón o vara se asocia a la etimología "virga", en este caso el símbolo de Virgo y la representación de la virgen. La virgen tiene la capacidad de concebir inmaculadamente las ideas superiores. Es por eso que de ahí tendrá que nacer el homúnculo. Dicha vara pertenece al reino vegetal, teniendo un paralelismo con el "ens vegetabilis", símbolo utilizado en el hermetismo medieval para representar a la esencia etérica del hombre. Es ésta la energía vital sin la cual no podríamos existir. El éter representa también el quinto elemento oculto que se obtiene de la unión armoniosa de los cuatro conocidos, llamado también la quintaesencia. Esta vida es portadora de la inteligencia creadora del espíritu y responsable de organizar de una forma coherente a toda la materia. Es de esta quintaesencia que se producirá el cuerpo de luz.
Con respecto a la cabeza de gallo, éste tiene múltiples significados en la alquimia y otras corrientes esotéricas. Por un lado se asocia con el Sol y con el amanecer, esto es propio del canto del gallo. Significa un renacimiento en la luz. Es también el gallo conocido por su actitud vigilante y su capacidad para alertar de peligros. Esta cualidad se interpreta como un símbolo de vigilancia espiritual y protección contra fuerzas oscuras o negativas. El gallo lo podemos encontrar representado en la cabeza del dios antiguo Abraxas, asociado al fuego espiritual.
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